Buscar en el sitio

Contacto

estoy contigo

alexbolan@hotmail.com

EL HOMBRE LABORAL NO TIENE DERECHO A EMOCIONAR

06.07.2013 14:43

Cada vez son más numerosos los casos de empleados o funcionarios que terminan en situaciones abrumadoras o trágicas. Son diversos los actos que estas personas cometen en aras de solucionar un problema; asesinato de hijos y/o cónyuges, suicidio, agresiones con salvajismo, secuestros y demás son algunos de los eventos que acompañan a los desafortunados. Cuando se interroga  a los compañeros de trabajo y jefes, estos se limitan a describir a la persona de una forma escueta e ignorante “el o ella no demostraba crisis alguna” “parecía que se trataba de una persona buena y equilibrada” “era uno de los mejores trabajadores” etc. Estas son algunas definiciones que en la empresa o institución dan; estas definiciones no hacen más que demostrar el enorme desconocimiento de la realidad personal del individuo en su entorno laboral. El hombre trabajador parece estar destinado a despojarse de sus problemas personales y su condición de humano, cada vez que entra a su lugar de trabajo, parece ser que en todas las empresas hay un mensaje subliminal que obliga al trabajador a desechar su vida personal, a inhibir sus estados emocionales y a enfocar toda su energía y  atención en unas funciones monótonas que absorben su creatividad, libertad y capacidad.

Es desconcertante descubrir que las grandes empresas no cuentan con un grupo de profesionales especializado en atención exclusiva de las afecciones del trabajador, todo es relegado a las empresas de salud, quienes a su vez encargan a profesionales que están completamente desanclados de la realidad del trabajador en la empresa. No es discutible que la empresa y la actividad laboral son los mayores factores de enfermedad de la persona, pues esta gasta la mayor parte de su vida cumpliendo funciones para estas entidades lo que implica un desgaste continuo. Por otro lado, son carentes las acciones de las empresas estatales y privadas en pro de conocer al trabajador desde su integralidad (social, familiar, laboral, personal y emocional) además, son nulas las actividades continuas dirigidas a fomentar el bienestar organizacional y todo se reduce a una simple celebración anual en donde los COPASO establecen actividades de diversión esporádica, no obstante, las problemáticas y el desbarajuste emocional son continuos y abrumadores. En consecuencia, el trabajador no cuenta con un soporte adecuado que lo proteja de el desequilibrio, fortalezca su repertorio en resolución de problemas y fomente acciones que potencialicen el manejo emocional y la sana interacción social.