INTRODUCCIÓN A LA CONCIENCIA EMOCIONAL
El segundo aspecto fundamental a la hora de hablar de inteligencia emocional es la CONCIENCIA EMOCIONAL; en este sentido, la persona que es consciente de sus estados de ánimo mientras los está experimentando goza de una vida emocional más desarrollada. Son personas cuya claridad emocional impregna todas las facetas de su personalidad; personas autónomas y seguras de sus propias fronteras; personas psicológicamente sanas que tienden a tener una visión positiva de la vida; personas que, cuando caen en un estado de ánimo negativo, no le dan vueltas obsesivamente y, en consecuencia, no tardan en salir de él. Su atención, en suma, les ayuda a controlar sus emociones. (Goleman, 1997).
Usted muchas veces se ha preguntado ¿Por qué actué de esa manera? ¿Qué me paso? ¿Por qué no hice esto o aquello? Y la respuesta es que en muchas ocasiones no somos lo suficientemente hábiles para reconocer nuestras propias emociones y actuamos bajo estados de ira, temor, excesiva alegría, desdén o desprecio. Si queremos ejercer control sobre algo, primero tenemos que conocerlo, como se comporta y que reacciones genera en mi y en los demás. Por lo tanto el control emocional es sinónimo de autoconciencia emocional; esa habilidad para reconocer y transmitir mis estados emocionales de una forma adecuada es lo que me permite experimentar bienestar y sobre todo respetar a mi interlocutor; ya que en nuestra cultura nuestros estados emocionales tienen la capacidad de comunicar o transmitir mensajes de diferente significación.
Goleman en el primer párrafo se refiere a la conciencia emocional como sinónimo de autonomía, seguridad y estabilidad psicológica en tanto que si este proceso no se da la persona estará expuesta a situaciones poco saludables; por lo tanto es un objetivo primordial en el presente articulo fortalecer habilidades de reconocimiento y comunicación de nuestras emociones y las de los demás.